domingo, 17 de mayo de 2009

Ganó el Barça, perdió España

Ya estabamos los españoles acostumbrados a ver banderas separatistas en las gradas cuando jugaban ciertos equipos de fútbol. Vemos trapos antiespañoles cuando juega el Depor, el Athletic, el Osasuna, el Rallo vallekano, el Barça...e incluso hemos llegado a ver enormes carteladas en las que se puede leer "CATALONIA IS NOT SPAIN", como si al resto del mundo le importasen nuestras rencillas internas. Pero lo último e inadmisible es lo que se produjo en la final de la Copa del Rey 2009. Una MAYORÍA APLASTANTE de hinchas del Athletic y del Barcelona pitó, silvó y enloqueció de ira al grito de "Puta España" mientras sonaba el Himno nacional de España. Montilla, López, Camps y el mismísimo y sacrosanto Rey de las nacionalidades del estado español (así hay que llamar a España ahora) tuvieron que tragarse enterita la pitada con más odio de la historia del fútbol español (o no español, quién sabe).
Cientos de miles de españoles comprobaron atónitos (no en directo, claro, pues todos sabemos del fallo de TV"E") el estado de salud tan penoso de su nación. ¿puede el pueblo español soportar la pena de oír a cientos de miles de compatriotas enrabietarse de tal forma al escuchar el Himno nacional? ¿es sostenible esta situación? Y la pregunta que me hago más profundamente y cuya respuesta es como una puñalada asestada lenta y dolorosamente en mi corazón: ¿CUÁNTO TIEMPO LE QUEDA A ESPAÑA?
A veces dan ganas de pensar que ya está, que ya hemos perdido, que esto está acabado.
Con España no lograron acabar los moros, ni los ingleses, ni los franceses; con España parece ser que terminarán los españoles. Ese pueblo español que con fiereza reconquistó su península ancestral, ese pueblo español que atravesó el océano y exploró de punta a punta Sudamérica, ese pueblo español evangelizador de la mitad del Orbe, los mismos que con fiereza echaron al francés de las sagradas tierras de España...esos mismos...ahora, quieren acabar con su patria, poner fin a esta aventura maravillosa y bellísima que ha sido España. Después de vernos con indios, malayos, chinos, japoneses, aztecas, mayas, incas, ingleses, franceses, musulmanes, subsaharianos...seremos nosotros quienes pongamos punto final...

Nuestros políticos "mayoritarios" han querido, como de costumbre, mirar para otro lado. El señor Mariano Rajoy, firme defensor de la unidad de la nación Española (y a mi me da la risa) nos animó a todos los españoles diciendo que "eran una minoría" o que "el senimiento mayoritario de los españoles es estar con el Rey". Claro, a los españoles nos duele profundamente que silven al Rey y no a nuestra nación. Es don Juan Carlos y no España, esa unidad de destino en lo universal, es el Rey lo que nos une como compatriotas y no España, es el Rey quien presentó batalla en desiguales condiciones en Cartagena de Indias y obtuvo una heróica victoria, y no un bravo almirante guipuzcoano... No nos equivoquemos señores, aquí se ha manifestadio ODIO a España de forma masiva y televisada, ESE es el verdadero estado de la Nación, y no el debare que mantienen ZP y Mariano en San Jerónimo.

Tenga o no tenga posibilidades España, yo, que me siento (y soy) profundamente español ahora gritaré más alto y fuerte que nunca ARRIBA ESPAÑA, aunque esto sea una empresa inútil, una batalla perdida.

1 comentario:

  1. Magnifico artículo, impecable.

    Has descrito fielmente lo que pasó el pasado miercoles que no es otra cosa más que una muestra de lo que lleva pasando en España desde hace decadas. Coincidiendo con el debate del estado de la nación, esa misma noche se pudo ver cual es el verdadero estado de la nación española, una nación que a nadie se le escapa (a pesar de la censura, y a pesar de la minusvaloración que hacen de lo que lleva sucediendo en España unos y otros, PP, PSOE, me da lo mismo que lo mismo me da) se encuentra rota de facto aunque oficialmente no se haya declarado así, aunque es cuestión de tiempo, quiza años, que así lo haga ante el estupor de millones de españoles que atontados con el pan y el circo no se han dado cuenta todos estos años de lo que se estaba fraguando.

    Ahora nos toca a nosotros, los leales a la Patria dar la batalla, con quien sea, donde sea y como sea, no importa el número, la desventaja o la falta de esperanza, es nuestro deber, como hijos, estar al lado de la Patria que agoniza, nosotros que estamos tocados por la gracia del patriotismo, que entendemos lo que es el deber, el honor, la lealtad, y el sacrificio en post de un ideal superior a nuestra propia vida, nosotros daremos la batalla, porque en nosotros persiste la autentica sangre española, la que venció al moro con nuestro capitan ya muerto en las costas de Valencia, la que mantuvo con su sangre levantadas las últimas picas en Rocroi cuando ninguna esperanza había, la que parió a un puñado de miles que libró a Cartagena de la invasión de la mayor flota jamas vista hasta el desembarco de Normandia, la que espoleo a sus hijos en la otra punta del mundo a seguir combatiendo por su bandera en los muros de una Iglesia a pesar de que la rendición se había producido hacia meses, la que entregó a miles de los suyos en las estepas rusas en la lucha contra el comunismo.

    "No esperes sobre la gracia del combate, el favor de la victoria, a aquellos a los que Dios, en su bondad infinita, otorga una mayor recompensa que la victoria"

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